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- Los voluntarios tienen entre 18 y 29 años y vivirán en Alcorisa, Andorra, Cantavieja y Mora de Rubielos
ATADI ha recibido este jueves a ocho jóvenes voluntarios que, durante seis meses, prestarán servicio de voluntariado en los centros de la entidad ubicados en Alcorisa, Andorra, Cantavieja y Mora de Rubielos. Este proyecto forma parte del Cuerpo Europeo de Solidaridad gestionado y financiado por la Comisión Europea. La edad de los participantes oscila entre los 18 y 29 años de edad; dos de ellos proceden de Italia, dos de Alemania, dos de Francia, una de Jordania y otro de Marruecos.
La entidad de Plena inclusión Aragón en la provincia de Teruel participa desde hace años en proyectos de voluntariado europeo, que han permitido que varios jóvenes vivan esta experiencia. En esta edición, la estancia de los participantes será de seis meses, excepto un caso, que alargará su estancia hasta los siete meses.
Estos jóvenes llegan a España de la mano de organizaciones acreditadas por el programa en sus respectivos países, que les aportan formación, apoyo y asesoramiento para facilitar el desarrollo del proyecto. El programa incluye los gastos del viaje hasta el centro donde realizan el voluntariado y alojamiento, alimentación y dinero de bolsillo durante su estancia.
“Este año hemos tomado la decisión de ofrecer la oportunidad a jóvenes extracomunitarios que, en ocasiones, no cuentan con las mismas posibilidades que los europeos. Supone un mayor esfuerzo de gestión, pero queremos apostar por experiencias significativas en cuanto a interculturalidad se refiere. Esto supone también un modo de desmarcarnos de los discursos de odio que últimamente se han intensificado”, explica Elena Aldecoa, coordinadora del programa de voluntariado europeo en ATADI.
Pauline Naton, de Francia, eligió ATADI porque “trabajo en el sector social, he sido voluntaria en una asociación de atención a personas con discapacidad durante un viaje vacacional y fue una experiencia increíble, disfruté mucho compartiendo esos momentos”. Naton añade que “cuando contacté con ATADI me gustó y sentí conexión, estoy muy emocionada y contenta de estar aquí”.
De este programa, el alemán Tom Schumacher, de 18 años, espera “acumular experiencias para mi vida y ampliar mis horizontes, además de mejorar mi español y conocer gente agradable”. Schumacher eligió ATADI porque “el proyecto me sonó muy bien, me gustó el lugar y quería probar algo nuevo”.
Desde Jordania llega Saja Mohammed Faraj, que cree que “esta oportunidad me ayudará a comprender mejor la discapacidad y ayudar a las personas a integrarse en la comunidad”. Saja nunca había estado antes en España y desea “aprender un nuevo idioma, ampliar mis competencias, expandir mi red y avanzar personalmente”.
Chiara, de 29 años y procedente de Italia, pretende “consolidar mi experiencia en el área educativa, probablemente diferente a la de mi país, aprender un nuevo idioma y conocer gente nueva”. La joven ya ha trabajado en varias ocasiones con personas con discapacidad, “ámbito que me gusta mucho”.
Por su parte, la alemana Hanna explica que “decidí tomarme un año sabático tras terminar el instituto y quería utilizar ese tiempo adecuadamente; creo que ATADI es la mejor decisión porque trabajar con personas con discapacidad, además de educativo, es agradable”. Añade también que le interesa “el intercambio cultural y aprender unos de otros”.
“Espero volver a casa con muchos amigos y experiencias nuevas”, comenta Alice Manini, de Italia. “Nunca he trabajado con personas con discapacidad, pero creo que esta es una estupenda oportunidad para aprender de los demás y ayudar a las personas con discapacidad”.
Por último, Charlotte Pellegrino, de 20 años y procedente de Francia, espera “mejorar mi español e inglés y compartir aquellas competencias que pueda adquirir en mi vida, como el trabajo en equipo, que me gusta”.
“Todos los participantes, a excepción de uno, habían estado en España antes pero en estancias cortas por motivos de ocio y vacaciones”, apunta Aldecoa. La mitad de ellos han convivido o trabajado antes con personas con discapacidad y todos ellos están interesados en aprender más sobre discapacidad e inclusión.
“Los proyectos de voluntariado europeo permiten a los jóvenes adquirir ciertas competencias transversales que son clave para una visión más inclusiva de nuestras sociedades, como por ejemplo el sentido de justicia social, la interculturalidad, el pensamiento crítico, la comunicación asertiva o el autoconocimiento”, expone Aldecoa, además de “conocer otros países, culturas e idiomas mientras realizan una actividad solidaria que beneficia a la comunidad y adquieren habilidades para su desarrollo personal, educativo y profesional”. ATADI es una organización acreditada para el envío, recepción y coordinación de voluntarios y dispone del Sello de Calidad del Cuerpo Europeo de Solidaridad.